domingo, 19 de mayo de 2013

A media voz



     Internet también es reflejo del paso de los años. Este blog, por ejemplo, data de marzo de 2008, cuando yo me hacía llamar Democos por razones que ahora no vienen al caso. Desde ese año, esta humilde paginita ha recibido la extrema unción en muchas ocasiones.

     Al menos una década antes, cuando aún estaba en el instituto (ese sitio cerrado y seguro en que me cuidaban unos profesores que se daban cuenta muy pronto de que algo le pasaba a aquel chico frágil), descubrí A media voz. En esa época yo no sabía nada de literatura más allá del siglo XVII, y mucho menos de poesía, ese vicio inconfesable, esa otra tara del niño raro.

     Hoy he estado durmiendo prácticamente todo el día. Ayer se celebraba la final de Eurovisión, pero también estuve en la cama. No soy un gran eurofán ni nada que se le parezca, pero suelo verlo. El problema es que también suelo faltar a las fiestas y los fines de semana se me hacen tremendamente duros últimamente.

     Buscaba hoy un poema triste que coronara este fin de semana triste, pero no ha hecho falta elegir. En la página principal aparece una nota sobre el fallecimiento de Graciela Henao Londoño, la tímida Grace de la que no sabía nada. Hasta hoy.

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